CONSTELACIÓN DE LIBRA |
Navegando sobre los
pasos de Orión, el amante se detuvo la eternidad suficiente como para que ella
viera en sus ojos el reflejo de la hendidura celeste al oeste de Virgo. De este
modo el viajero del amor le enseñó la perfecta línea en uno de cuyos puntos la
tortuga alcanzaría a Aquiles. Ante esa visión rasuró ella el campo austral y
dejó que el argomante buscara el equilibrio del gozo en el triángulo estelar
que colgaba de la constelación de Libra dando sentido a la paradoja de Zenon de
Elea.
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