CONSTELACIÓN DE LIBRA |
Las manos son la lengua
franca del argomante. Ellas hablan y dialogan con el cuerpo de la mujer amada y
dejan constancia de sus formas y fórmulas trigonométricas. Sé de aquel
argomante que midió con los ojos el torso de la mujer mientras las manos,
guiadas por la luz de Isthar, se afirmaban en el firmamento de los hombros y
luego rodeaban y sopesaban el volumen de los pechos. Azorado por los lampos del
Lucero y movido a calibrar la pulsión del deseo, buscó más allá de Sagitario,
al este de Virgo, la justicia constelar de Libra y se hundió en el horizonte
vertical del seno hasta que la masa oscura de las areolas excitada por la
lengua de las estrellas levantó los pezones y los pechos cayeron hacia lo alto erigidos,
a veces, como la razón entre el deseo y la pasión (α = a sobre c), y otras como
la función continua y periódica obtenida de las variaciones de esa razón.
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