CONSTELACIÓN DE ACUARIO |
Todos los amantes aman o creen que aman. O dicen que aman.
Sin embargo, sólo unos pocos son capaces de emprender el viaje de exploración
del Universo; unos pocos son los que tienen la sensibilidad y capacidad para ir
y ver más allá del horizonte de lo inmediato que priva a ambos de un
conocimiento mayor; unos pocos son los amantes que suben a la nave y parten en
busca del vellocino de oro que la amada esconde en algún lugar del cuerpo. Unos
pocos son quienes en esa búsqueda se pierden sin saber si algún día regresarán
al puerto del que salieron. Sé, por ejemplo, de un amante que, en este soberbio
viaje, a catorce años luz al sudoeste de la grieta de Afrodita, reconoció, besó
y nombró cada una de las pecas que conformaban, al borde de la rodilla de la amada,
la isla del Lagarto.
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