al alba
la oruga agoniza
bajo el peso de los sueños
atrapada en una ciénaga de ojos
es inútil su aleteo
el día la atraviesa
y con miles de agujas
el cazador clava los párpados
en la pared del hemisferio
a la luz del día
nada altera el orden de las horas
De Lecciones de tiempo
9 comentarios:
"...la oruga agoniza
bajo el peso de los sueños..."
Bonito poema, Antonio.
Saludos.
Sí, amigo José María, así es la derrota. Un fuerte abrazo
José María, he pasado por tu blog y compruebo con placer que Mallarmé, Baudelaire y toda esa gente también nutre tu poesía. No he podido dejarte este comentario en tu casa, porque no me dejaba. Que conste. Abrazos
Efectivamente, Antonio. Verlaine, Rimbaud, todos los poetas malditos.
Hace poco leí a Andrés Navarro, poeta español contemporáneo. Tiene dos libros publicados. El segundo; "Un huesped panorámico" me resultó interesante por su obligada relectura. Te lo recomiendo.
Un saludo y enhorabuena por el blog.
Buscaré ese poeta, gracias, José María.
Hola Antonio:
Hace días que te debo esta y mira que en más de una ocasión me he encontrado caminando y recordando "a la luz del día / nada altera el orden de las horas".
Tu le mencionas a José María que así es la derrota y, en principio, me he quedado un poco en "orsay".
La bundancia de pautas temporales desde el primer verso al último me llevaron a pensar en algo que, quizá está en la antesala de la derrota, y es la postergación. Agonizar al alba, ¡nada menos! que "bajo el peso de los sueños". La oruga que a pesar de la
"ciénaga de ojos" -¡que imagen, Antonio, qué imagen!- o de las agujas del cazador, creo verla entregada, definitivamente, a la conciencia del tiempo con esos dos versos finales, inapelables, que, cual "oruga", me han estado inquietando hace ya algunos días.
Con tu permiso, el poema ya ha pasado por la impresora.
Gracias por ofrecernos la posibilidad de esta lectura.
una fuerte abrazo,
salut,
hugo
Tus comentarios, Hugo, son siempre tan intensos como un abrazo. Te los agradezco. En este caso, la derrota es temporal, postergación, como tú dices de la derrota definitiva. Somos palabras, orugas, que sucumben al tiempo, a lo que no pueden nombrar. Un fuerte abrazo.
Y a esa oruga nadie la quiere mariposa? En fin. Tengo entendido que la vida de la mariposa es más breve que la de la oruga... lo bueno de la mariposa es que, por breve que sea su vida, puede remontarse incluso sobre el desierto. Y eso no es poca cosa, creo yo.
Un saludo y gracias por linkearme ;)
Hola Rab, quizás nadie quiere que la oruga se convierta en mariposa, pero cuando lo logra su vuelo ya es un frágil trofeo.
Un abrazo, gracias por tu visita.
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