sábado, 13 de febrero de 2010

EL VIENTRE DE LAS CARACOLAS


Los mares se gestan en el vientre de las caracolas. Basta llevarse una al oído para oír el rumor de las olas; meter en ella la nariz para oler la brisa; la lengua para saborear el salitre y, finalmente, los dedos para sentir en las yemas el pálpito del origen. El deseo es siempre metáfora.

Del Cuaderno de notas de Manuel T.

2 comentarios:

Calvared dijo...

Lo breve, si bueno, dos veces bueno.
Un placer pasar.
Abrazos

Antonio Tello dijo...

Toda búsqueda es finalmente una síntesis del camino. Gracias por pasar por mi casa. Un abrazo, Carlos