jueves, 5 de marzo de 2009

LOS ALMENDROS Y LOS DÍAS


...los almendros ya han florecido y perfuman los días, las noches y las voces de los miles que salimos a la calle con el reclamo de la vida. Pero es tan difícil vivir entre las tinieblas; saber que tienes cerca aquello que deseas y sin embargo que la distancia es casi insalvable ¡cuánta energía consume la oscuridad! Te mueves y es como si te quedaras quieto, pues tu movimiento es un giro sobre ti mismo, tentando el vacío con los brazos como bastones. Entonces sueñas con ser el bastón para llegar antes a donde tus ojos abiertos no ven. Pero el bastón no siente lo que tú sientes y sigues con tus pasitos circulares, pegados unos a otros. Anciano de impotencia. Comprendes que sólo los ojos cerrados se abren al día y a la brisa que trae el perfume de los almendros y los sonidos y las imágenes de un deseo que está al otro lado del mar. Mas no puedes cerrar los ojos. La guerra ha empezado. La semana es dura y lo peor es que la próxima no será mejor.

[Del Cuaderno de notas de Manuel T.]

8 comentarios:

Idea dijo...

"Anciano de impotencia"
Como siempre Antonio, una marravilla, esa capacidad de permitirle al lector deslizarse entre sus líneas y percibir ese estado de ánimo tal vez hermano y compañero.

Antonio Tello dijo...

Idea, los poetas, los escritores en general, nos llenamos la boca hablando de la libertad, pero es sólo una enunciación, ya que pocas veces dejamos al lector la libertad de pensar, pues lo más frecuente -y aceptado- es que encarcelemos su imaginación entre barrotes argumentales o imperativos del "yo".

Beatriz dijo...

Antonio, me resulta imposible creer que es el poeta quien nos priva con su obra de "la libertad de pensar" Creo, muy por el contrario, que la poesía llega al lector trascendiendo aun su propia inspiración. Es cuando se desprende de él cuando el lector goza de la libertad de imaginar e interpretar. Acaso aquello que el poeta ni tan siquiera pensó durante su creación.

Mon dijo...

Es buen texto y cerca de donde me destierran existe un almendro y es bello, pero me voy, por que hay oscuridad.

De todas formas, me quedo con el golpe de la frase que me dejaste hoy.

Mi contradiccion? Amar lentamente y no saberlo hasta hoy.

Besos.

Mon

Antonio Tello dijo...

Beatriz, muchos poetas y escritores en general, aunque no lo parezca, privan al lector de la libertad de pensar e imaginar por su cuenta. Lo hacen con poemas, cuentos o novelas sujetos a un argumento o exponiendo de modo explícito, sin misterio ni ambigüedad, lo que ellos pretenden. De este modo no hay niguna posibilidad de que el lector haga suyo el texto e imagine libremente. En el momento de crear, el artista es un ser poderoso y, consecuentemente, su obligación es ser responsable con el uso que hace de ese poder para no transmitir a los demás un mundo sin matices ni contradiciones; un mundo cerrado en su propio yo.

Antonio Tello dijo...

Gracias Mon. Este texto es el borrador de un poema que tengo escrito en Aún y que quizás algún día publique.

navarro beloqui dijo...

El otro día mi madre confundió un cerezo con un almendro y...yo no sé por qué, no dejé de pensar en acacias. ¡¡Viva la botánica!!

Antonio Tello dijo...

N.B. Tampoco yo estoy seguro de que la imagen corresponda a la de un almendro. De todos modos, lo que importa aquí es la evocación de la flor, que por cierto, en el poema que he escrito, desaparece.