martes, 17 de marzo de 2009

LA INMOVILIDAD


«Mi frase es un momento, el momento de fijeza, en el monólogo de Zenón de Elea y Hui Shih ("Hoy salgo hacia Yüeh y llego ayer"). En ese monólogo uno de los términos acaba por devorar al otro: o la inmovilidad sólo es un estado del movimiento (como en mi frase) o el movimiento sólo es una ilusión de la inmovilidad (como en los hindúes). Por tanto, no hay que decir ni siempre ni nunca, sino casi siempre o casi nunca, sólo de vez en cuando o más de lo que generalmente se piensa y menos de lo que esta expresión podría indicar, en muchas ocasiones o en rarísimas, con cierta constancia o no disponemos de elementos suficientes para afirmar con certeza si es periódica o irregular: la fijeza (siempre, nunca, casi siempre, casi nunca, etc.) es momentánea (siempre, nunca, casi siempre, casi nunca, etc.) es momentánea (siempre nunca, casi siempre, casi nunca, etc.) la fijeza...Todo esto quiere decir que la fijeza nunca es enteramente fijeza y que siempre es un momento del cambio. La fijeza es siempre momentánea».
(El mono gramático, Octavio Paz, Editorial Seix Barral, 1974)

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