Es otoño. Tras la oscuridad me despierta
el roce leve de una hoja.
¡Ah! Si pudiese recordar tal vez recordaría
la espada, la bala o el obús
que me hirió de muerte.
¡Ah! Si alguien acertara a pasar por el bosque
vería la hoja sobre la piedra.
Es otoño. Más allá, en la llanura,
continúa la batalla.
De Conjeturas acerca del tiempo, el amor y otras apariencias (Cartografías, 2009)
2 comentarios:
En llamas, en otoños incendiados,
arde a veces mi corazón,
puro y solo. El viento lo despierta,
toca su centro y lo suspende
en luz que sonríe para nadie:
¡cuánta belleza suelta!
Busco unas manos,
una presencia, un cuerpo,
lo que rompe los muros
y hace nacer las formas embriagadas,
un roce, un son, un giro, un ala apenas;
busco dentro mí,
huesos, violines intocados,
vértebras delicadas y sombrías,
labios que sueñan labios,
manos que sueñan pájaros...
Y algo que no se sabe y dice «nunca»
cae del cielo,
de ti, mi Dios y mi adversario.
(Octavio Paz)
Un fuerte abrazo y feliz año, Atonio.
Lo mismo te deseo José María y gracias por el regalo del poema de O.P., de quien me siento tan cercano.
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