lunes, 4 de octubre de 2010

EN EL PRINCIPIO

En el Génesis, primero de los libros del Pentateuco, el origen de las cosas y de la vida consta del siguiente modo: En el principio Dios creó los cielos y la tierra. La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas.
Sin ánimo de escandalizar a los muchos creyentes de esta ficción, me atrevo a negarla. El instante primero fue de orden y quietud. La nada estaba en su sitio, inmutable e inalterada, cuando de pronto estalló la vida y los fragmentos del tiempo que la consistían se dispersaron arrastrando consigo millones de diferencias, cada una de las cuales reventó en otros millones de nuevas alteraciones, cada una de las cuales a su vez...De modo que desde ese instante la vida se hizo y se hace más bella y compleja. Crece.

Fragmento del Cuaderno de notas de Manuel T.

4 comentarios:

RAB dijo...

Debe ser que nos la contaron al revés para que no hubiera que detenerse en la trama, y en nuestra responsabilidad dentro de ella. Creer que Dios le puso orden nos supedita a su paternalismo y da pie a las religiones. Que como sabemos están para "poner el orden".

Antonio Tello dijo...

Querida RAB, las últimas líneas del primer capítulo de mi novela "Los días de la eternidad" dicen acerca de ese "orden" que también señalas:

"...con el discurrir del tiempo y con el propósito de establecer el orden del dios que circunstancialmente los inspiraba [los hombres] formaron ejércitos y los lanzaron a la guerra, asolando el íntimo territorio de las almas".
Un abrazo

RAB dijo...

Pues eso de asolar el íntimo territorio de las almas es la gran tragedia. La gran tragedia humana, creo yo, contra la cual se lucha noche y día con el arte.

Antonio Tello dijo...

Esa lucha, Rab, es precisamente lo que da sentido a la creación artística.