jueves, 4 de diciembre de 2008

CARICIA

Para recrear este poema de Sílabas de arena quería, además de una imagen «naturalista» y sugerente, una banda sonora que evocara junto a las palabras la ternura, la sugestión y la belleza del gesto. El misterio de aquello que no puede ser dicho cuando intuimos la verdad de ciertas cosas. El lieder -voz que los traductores no se ponen de acuerdo si traducir como «poema», «canción» o ambas cosas- de Franz Schubert, Nachtviolen (Don Diego de noche), con versos de Mayrhofer transmite con una gran sencillez y delicadeza el carácter contemplativo e interrogativo del poema.


[Imagen de
vídeo Pasarlascanutas.com]

3 comentarios:

Antonio Tello dijo...

Comentario recibido por mail:

Querido ANTONIO, fui al canal de poesia. Ya estás muy cibernetico...este fue mi comentario, que al parecer no entró al blog.Transcribo:
¡Qué sofisticación sorprendente de la poesía! Esto, más esto; más esto otro. Traduzco la elipsis al poeta: Caricia en palabras -muy bella imagen la de su poema-, más poesia visual - la imagen de la naturaleza-, y la musica que acuna a los lectores¿espectadores? en este caso. Muy completa esta experiencia poética. ¿Qué hubieran dicho los griegos, o las musas, mejor dicho, si las hubiésemos consultado por Internet, le pegunto al escritor. Una lectora del Cono Sur

Antonio Tello dijo...

Querida Silvia, gracias por tu visita y comentario.
Creo que los rapsodas griegos, incluso el presunto Homero a pesar de su ceguera, hubieran celebrado la posibilidad de contar con estos recursos. Igualmente las Musas, pues tendrías más formas para revelarnos los secretos del alma.

Antonio Tello dijo...

Comentario de Mario Satz recibido por mail:

La auténtica belleza de la poesía radica en que es polisémica e inagotable. La pregunta final de tu poema remite otra vez a ese desenfoque infantil y animista con que nos deleitábamos de niños cerrando un ojo u observando algo a través de un cristal.¿Cómo, algo tan simple, puede al mismo tiempo que ser misterioso, contener toda la maravilla de la interrogación humana?Hay más en las preguntas, sin duda, que en las respuestas. ¿Conoces la anécdota de aquel viejo maestro jasídico que se levanta al alba y sale con su largo pijama a la nieve llevando un cascado candil, para acabar gritando: ´´¡Tengo una respuesta! ¿Quién tiene una pregunta?´´? Me acordé, al leer tu poema, de aquella genial frase de Machado: ´´La mujer es un ansia infinito de caricias.´´ Tal vez sea interesante recordar que María, la Gran Madre cristiana, procede de miriam, agua amarga, agua salada. De modo que agua y piedra son madre y padre de nuestro afortunado asombro.
Cariños y gracias por Caricia,
M.