viernes, 2 de octubre de 2009

POÉTICA DEL TANGO

El tango, como el jazz, es una expresión genuina de los marginados. Ambos hunden sus raíces en los cantos y bailes de los negros cuyas voces marcan el ritmo de la indescriptible pérdida y la humillación del sometido. Extraño espectáculo para la población criolla del suburbio, donde el descarado malevaje imita burlón la gestualidad corporal de la danza sin darse cuenta de que antes que burla hay comunión de sentimientos. Y así, en ese oscuro mestizaje sentimental, nace en el Río de la Plata un baile primario que se acopla al andar del compadrito para trazar sobre el empedrado del arrabal la procaz coreografía del guapo sin oficio, o sin más oficio que matón de comité o de quilombo. Danza de exhibición del macho compartida al principio sólo por otros machos con ínfulas de corajudos hasta que las hembras del lupanar les dieron calce al lucimiento.


La UNESCO ha declarado el tango Patrimonio Inmaterial Cultural de la Humanidad.

1 comentario:

qp dijo...
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