viernes, 30 de octubre de 2009

FÁBULA AFRICANA

Hace muchos, muchos años, el cocodrilo era un animal muy bonito y los animales, cuando iban a beber al río, se quedaban pasmados de tanta belleza. Pero un día, el cocodrilo decidió salir del río y el sol oscureció su piel. Desde entonces, el cocodrilo sólo saca del río sus ojos.
Cuando leí esta «fábula africana» me sobrevinieron varias preguntas, cuyas respuestas no pudieron escapar del silencio: ¿Qué llevó a la persona a escribirla en forma de grafitti en la parte posterior de un kiosco de la Diagonal de Barcelona? ¿La nostalgia? ¿La soledad? ¿Una imposibilidad? ¿O ese oscuro sentimiento que nos afea, convierte en amenaza y extraña del mundo?

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