José Corredor-Matheos -Premio Nacional de Poesía- presentó algunos poemas de Lecciones de tiempo (Libros del Innombrable, 2015), en la RevistAtlántica de Poesía, que dirige el poeta José Ramón Ripoll.
ANTONIO TELLO: LA
VOZ DE LA ANGUSTIA
Que
la poesía nazca en gran medida de la angustia puede parecer sólo tributo al
tiempo en que ha sido escrita, si es como el nuestro, turbulento y de creciente
incertidumbre. Pero acaso no sea ésta la razón esencial. Si leemos atentamente
los lúcidos versos de Antonio Tello comprobaremos que la voz que habla nos
suena sustancialmente a cualquier época que no esté sostenida por una fe ciega
y una sociedad plenamente integrada. Pero, ¿desde cuándo no existen ya una fe y
una sociedad así? Esta voz del yo poético sale de un profundo nivel del ser
humano que lanza un gran alarido al infinito en el comienzo de Odisea del
espacio. Porque ahí seguimos, en ese arranque de la humanidad, que adivina un
inacabable camino abierto al misterio. Ahí sigue el poeta. De ese punto brota
la voz de Antonio Tello.
“Quién
es ese yo escondido –leemos- que te habla / como si fueses yo/ ese yo detrás de mi yo que me habla / como si
fueses tú”. El poeta, ese hombre que ha lanzado su mensaje en el comienzo del
tiempo, se sabe él y, al mismo tiempo, se sabe plural. Oye su propia voz y sabe, a un tiempo, que es
la voz que nace de la angustia, con sed de absoluto: “porque no fuiste
desterrado de un país / sino del alba /
exiliado a esa luz / que te enceguece”. Se sabe “náufrago del mundo”, y la ola
que le envuelve “le descubre las raíces del agua”. Náufrago, no sólo en el
océano y en la tierra. Su soledad es cósmica “y al mirar las estrellas siente
náuseas” y se siente caer en “las entrañas del abismo”. Se sabe entre “el ayer
y el mañana”, en un “viaje humano”, del que no acierta a descubrir si existe un
punto de partida y otro de llegada.
JOSÉ CORREDOR-MATHEOS
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