Lo que nace del silencio es sonido que evoca el origen. Sustancia del lenguaje que manifiesta la unidad del ser y la creación del mundo. El ruido es perversión de esa sustancia. Impotencia. El grito humano es ruido nacido de la angustia. Pero ¿es ruido el rugido del jaguar, la caída de un árbol o los golpes del herrero en la forja?
De Cuaderno de notas de Manuel T. - Imagen: El grito, de Edvard Munch.
6 comentarios:
A veces el silencio ensordece de tal manera que ni siquiera podemos escuchar la voz de nuestro interior. Otras es tan necesario como vital para poder encontrarnos a nosotros mismos y ordenar esa grafía que nos identifica.
La palabra ruido, me incomoda, me es incluso hasta desagradable. Por eso me atrevería a contestar a tus preguntas desde mi punto de vista, pues prefiero sentir el rugido del jaguar, la caída de un árbol o los golpes del herrero en su forja, como sonidos de la vida que me acompañan.
Ha sido muy grata mi lectura de hoy en su blog, si me lo permite seguiré leyéndole.
Elvira
Gracias Elvira por su comentario.
Querido Antonio, tu texto ha abierto el hambre de mis oídos por escuchar a las semillas
partirse al sol
Un abrazo!
Natalie
Muy sugerente el hambre de tus oídos, querida Natalie.
Querido Antonio-
Me ha gustado tu "Ruido"-
El crujir de la cáscara de nuez al romperla nos muestra el silencio el fruto que esconde.
También el alma se silencia ante el dolor que la destroza.
El grito acaso arranque desde las vísceras del niño que nace, de las raíces del árbol caído, del trueno que anuncia la lluvia, del dolor de la tortura.
El singular silencio del poeta, sin embargo es el origen del sonido que anuncia la creación, la belleza.
Un beso.
Beatriz, quizás sea así como tú dices y, a veces, lo que creemos ruido es sonido de vida.
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