miércoles, 14 de abril de 2010

EL EXTRANJERO

El señor Manuel T., cuentan, tenía cuarenta y dos años cuando recibió la última carta de su madre. Desde hacía veinte el cartero le traía una todos los meses, pero él nunca las contestó. Según dicen, Manuel T. contó a algunos amigos íntimos que todas las noches soñaba el mismo sueño: soñaba con grandes planicies nevadas y con invisibles batallas más allá de la blancura. Eso dicen que soñaba, porque el tal Manuel T. era un hombre extraño que hablaba de cosas también extrañas. Digo extrañas queriendo decir que él y sus historias eran extranjeros, venían de lugares sólo conocidos a través de la geografía escueta de los periódicos, siempre parcos de palabras y tal vez de verdades. Muchos tenían al señor Manuel T. por hombre egoísta, soberbio e insensato; otros pensaban que era cruel e inhumano, influidos, posiblemente, por una fea cicatriz que tenía en su oreja izquierda; y los terceros decían que era un excéntrico, cuando no un infeliz solitario y escéptico. Sin embargo, creo que la palabra más exacta, la que además de definirlo le otorgaba esa aureola insolidaria, era extranjero.
Fragmento inicial de De cómo llegó la nieve (Tusquets, 1987)

4 comentarios:

Natalie Sève dijo...

Como bien dices, aquella aureola insolidaria, me parece que proviene de todo término que comience con Ex.

Un gran abrazo! y espero pronto poder leer lo que seguirá a este fragmento.

Natalie

Antonio Tello dijo...

La aureola insolidaria del extranjero la perciben aquellos que no saben reconocer el desamparo. "De cómo llegó la nieve" es la primera novela que publiqué inaugurando la colección La flauta mágica de Tusquets Editores en 1982. Un fuerte abrazo, querida Natalie.

Natalie Sève dijo...

Guau... se puede conseguir por ahí???

Antonio Tello dijo...

Hace tiempo que está agotada, pero creo que alguna librería puede tenerla. También en internet he visto que la ofrecen.