viernes, 3 de abril de 2009

LA CONDENA, Pedro Serrano













Para leer el poema clickar sobre él
Dice Juan Antonio Masoliver Ródenas en el prólogo de Desplazamientos (Candaya, 2006), que «toda la poesía de [Pedro] Serrano es la aceptación del caos, la nostalgia y la búsqueda del origen, allí donde los objetos, los cuerpos y las palabras forman parte de una misma esencia». Coincido en esta apreciación y en la opinión sobre su vínculo con las tradiciones conceptual barroca y mística españolas. A estos fundamentos también conviene apuntar la tradición metafísica de la poesía náhuatl, que tuvo en Nezahualcóyotl a uno de sus más refinados exponentes. Esta presencia se manifiesta en el tono y el clima de sus poemas, también perceptibles en algunos poetas del grupo «Contemporáneos» o en Octavio Paz, y en la concepción circular del devenir del tiempo, cuyos símbolos más explícitos son el calendario azteca y la representación gráfica de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada. La condena es uno de los más bellos y paradigmáticos poemas del libro de Pedro Serrano.

2 comentarios:

Mon dijo...

En realidad todo está quieto. EL vaso, las flores que pusimos en el vaso... Eso está quieto.

Somos incapaces de ver su dinamismo.Pero el poeta puede verlo. Por eso muchas veces, me soprendre leer.

Ven un movimiento que yo no sabia que existía.

Ese debe ser el ojo de la imaginación, o no, no se, ¡No tengo ni idea!

Los aztecas, he leido algo sobre ellos, terribles guerreros ¿que quedará hoy de ellos?

Tampoco lo se... ultimamente no tengo nada claro...Por eso ando buscando...

;)

Un beso!

Antonio Tello dijo...

Ay Mon, cuando las miradas de los ojos del cuerpo y del alma coinciden, el poeta puede ver lo que los demás no ven. De ese breve instante de percepción surge el poema.
Sí, los aztecas eran guerreros crueles que practicaban guerras anuales a las que llamaban "guerras floridas". Sus soberanos, también eran sacerdotes, filósofos y pensadores. Nezahualcóyotl, que era además poeta, tenía un parque con plantas y animales de todos los rincones de su vasto imperio, quizás para ver y comprender las cosas del mundo y la razón de su existencia.
Como él, todos seguimos buscando. Un abrazo.