viernes, 21 de septiembre de 2012

VOCES DEL FUEGO [PASIÓN]


La pasión, esa carne líquida que corre por nuestras venas, nos hace uno;  uno el cuerpo, una la palabra, uno el silencio que nos electriza. Una la fuerza que nos abisma.
Quizás esta convicción y la imposibilidad de hallarla en la mujer que creía amar llevaron al joven H. a hacer lo que hizo. Eligió el más filoso de los cuchillos, lo lavó cuidadosamente y lo acarició. El frío del acero y el recuerdo de la mujer lo estremecieron. Había tomado la decisión.
Al día siguiente, H. yacía en su cama en medio de un charco de sangre. En una mano tenía el cuchillo y en la otra la expresión muerta de su pasión.

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