las ramas del árbol constatan una certeza
el viento existe
y en el aire a su paso queda
el viento existe
y en el aire a su paso queda
                  una duda pendiente 
De Elogio de los sentidos-II Parte - Aún
 El crítico N y la actriz X son amantes. La noche de su beneficio [función en la que el actor se queda con toda la recaudación]. La pieza es lamentable y execrable la actuación, pero N se ve obligado a hacer elogios. Escribe, sucintamente: «La pieza y la dama que aquí honramos han obtenido un gran éxito. Más detalles, mañana». Después de releer estas últimas palabras, él da un suspiro de alivio. Pero al otro día cuando va a casa de X, ella le abre la puerta, se deja abrazar y besar y llegado el momento dice, con expresión sardónica: «Más detalles, mañana».
El crítico N y la actriz X son amantes. La noche de su beneficio [función en la que el actor se queda con toda la recaudación]. La pieza es lamentable y execrable la actuación, pero N se ve obligado a hacer elogios. Escribe, sucintamente: «La pieza y la dama que aquí honramos han obtenido un gran éxito. Más detalles, mañana». Después de releer estas últimas palabras, él da un suspiro de alivio. Pero al otro día cuando va a casa de X, ella le abre la puerta, se deja abrazar y besar y llegado el momento dice, con expresión sardónica: «Más detalles, mañana». «Ahora ya estamos fuera», dijo Louis. «Ahora estoy suspendido en el vacío, sin vínculos. Estamos en la nada. Cruzamos Inglaterra en tren. Inglaterra se desliza por la ventanilla, transformándose siempre, ahora colina y luego bosque, ahora ríos y cipreses y después de nuevo pueblos. Y no me dirijo a tierra firme. [...] Yo voy vagamente a ganar vagamente dinero. En consecuencia una amarga sombra, un cortante acento, caen sobre estas doradas espigas, estos campos enrojecidos por las amapolas, estos rebosantes campos que nunca rebosan de sus límites, sino que las espigas avanzan y avanzan, en olas, sólo hasta el límite, avanzan sin cesar. Este es el primer día de una nueva vida, otro radio de la rueda que se alza. Pero mi cuerpo pasa errante como la sombra de un pájaro».
«Ahora ya estamos fuera», dijo Louis. «Ahora estoy suspendido en el vacío, sin vínculos. Estamos en la nada. Cruzamos Inglaterra en tren. Inglaterra se desliza por la ventanilla, transformándose siempre, ahora colina y luego bosque, ahora ríos y cipreses y después de nuevo pueblos. Y no me dirijo a tierra firme. [...] Yo voy vagamente a ganar vagamente dinero. En consecuencia una amarga sombra, un cortante acento, caen sobre estas doradas espigas, estos campos enrojecidos por las amapolas, estos rebosantes campos que nunca rebosan de sus límites, sino que las espigas avanzan y avanzan, en olas, sólo hasta el límite, avanzan sin cesar. Este es el primer día de una nueva vida, otro radio de la rueda que se alza. Pero mi cuerpo pasa errante como la sombra de un pájaro».