jueves, 24 de junio de 2010

EXISTENCIA DEL VIENTO






las ramas del árbol constatan una certeza
el viento existe  
y en el aire a su paso queda    
                  una duda pendiente 

De Elogio de los sentidos-II Parte - Aún

martes, 22 de junio de 2010

MAÑANA

El crítico N y la actriz X son amantes. La noche de su beneficio [función en la que el actor se queda con toda la recaudación]. La pieza es lamentable y execrable la actuación, pero N se ve obligado a hacer elogios. Escribe, sucintamente: «La pieza y la dama que aquí honramos han obtenido un gran éxito. Más detalles, mañana». Después de releer estas últimas palabras, él da un suspiro de alivio. Pero al otro día cuando va a casa de X, ella le abre la puerta, se deja abrazar y besar y llegado el momento dice, con expresión sardónica: «Más detalles, mañana».

Cuaderno de notas, de Anton Chéjov (La Compañía de los Libros, 2010, trad. Leopoldo Brizuela).

viernes, 18 de junio de 2010

INSUFICIENCIA

En el curso de la vida sucede
que el esfuerzo del intestino
no basta para evacuar la corrupción. 

De Cuaderno de notas de Manuel T.

miércoles, 16 de junio de 2010

LA SOMBRA DE UN PÁJARO

«Ahora ya estamos fuera», dijo Louis. «Ahora estoy suspendido en el vacío, sin vínculos. Estamos en la nada. Cruzamos Inglaterra en tren. Inglaterra se desliza por la ventanilla, transformándose siempre, ahora colina y luego bosque, ahora ríos y cipreses y después de nuevo pueblos. Y no me dirijo a tierra firme. [...] Yo voy vagamente a ganar vagamente dinero. En consecuencia una amarga sombra, un cortante acento, caen sobre estas doradas espigas, estos campos enrojecidos por las amapolas, estos rebosantes campos que nunca rebosan de sus límites, sino que las espigas avanzan y avanzan, en olas, sólo hasta el límite, avanzan sin cesar. Este es el primer día de una nueva vida, otro radio de la rueda que se alza. Pero mi cuerpo pasa errante como la sombra de un pájaro».

Fragmento de Las olas, de Virginia Woolf (The waves, trad. Andrés Bosch, Bruguera, 1980)

domingo, 6 de junio de 2010

OJOS

Un rumor de voces apagadas me despertó al amanecer. Por unos instantes traté de escuchar con los ojos cerrados el murmullo que me había sacado del sueño y cuando los abrí vi que en la habitación, y presumiblemente en toda la casa, decenas de ojos, como de gente que charlaba en una fiesta, flotaban en la penumbra. Bajé los párpados y me desperté para ducharme. Al abrir el grifo, infinidad de miradas muertas se escurrieron por el sumidero.
De Cuaderno de notas de Manuel T.